Pulsera de hilo y cuero con estrella Mod.1612

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Pulsera de hilo y cuero con estrella Mod.1612

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EAN / Cod. Barras3720100000089
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Pulsera con una estrella, que simboliza a la Virgen María. Trabajada en hilo de algodón trenzado sobre hilo de cuero con cuentas de cristal color vino.

En medio de la oscuridad de la noche, los marineros durante siglos han mirado a las estrellas para poder orientarse en el inmenso océano y llegar a puerto. La Virgen María es estrella que guía en la travesía de la vida, la invocamos como estrella de la mañana, que anuncia la llegada del Señor, el Sol que va a iluminar el mundo; estrella de esperanza que nos trae al Salvador; estrella del mar, que nos conduce a Cristo, nuestro puerto seguro. (VER DESCRIPCIÓN)

Trabajado a mano por las hermanas de Iesu Communio.



Pulsera con una estrella, que simboliza a la Virgen María. Trabajada en hilo de algodón trenzado sobre hilo de cuero con cuentas de cristal color vino.

En medio de la oscuridad de la noche, los marineros durante siglos han mirado a las estrellas para poder orientarse en el inmenso océano y llegar a puerto. La Virgen María es estrella que guía en la travesía de la vida, la invocamos como estrella de la mañana, que anuncia la llegada del Señor, el Sol que va a iluminar el mundo; estrella de esperanza que nos trae al Salvador; estrella del mar, que nos conduce a Cristo, nuestro puerto seguro.

Tanto en los momentos de alegría o de preocupación confíale a Ella todo lo que hay en tu corazón, mira a la estrella, invoca a María...

Si se levantan los vientos de las tentaciones,
si te ves arrastrado contra las rocas del abatimiento,
mira a la estrella, invoca a María.

Si eres batido por las olas de la soberbia,
de la ambición, de la detracción o de la envidia,
mira la estrella, invoca a María.

Si la ira o la avaricia o la seducción carnal
sacuden con furia la navecilla de tu espíritu,
vuelve tus ojos a María.

Si te asalta el peligro, la angustia o la duda,
recurre a María, invoca a María.

Que nunca se cierre tu boca al nombre de María,
que no se ausente de tu corazón.
Si la sigues, no te desviarás;
si recurres a ella, no desesperarás.
Si la recuerdas, no caerás en el error.
Si ella te sostiene, no vendrás abajo

(San Bernardo).