Cirio Pan partido | CIP004

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Cirio Pan partido | CIP004

105,00 €

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Cirio Pascual pintado a mano con la cruz naranja y la imagen eucarística del Pan partido.

Disponible en varios tamaños:

  • 7 Ø cm por 70 cm de altura.
  • 8 Ø cm por 80 cm de altura.
  • 9 Ø cm por 90 cm de altura.

Para otras medidas contactar.

Pintado a mano, por lo que cada pieza es única.

Los pedidos de cirios pascuales estarán disponibles a partir del próximo año 2025.



Cirio Pascual pintado a mano con la cruz naranja y la imagen eucarística del Pan partido.


¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiésemos sido rescatados?

Lo propio de la criatura es alcanzar la madurez a lo largo del tiempo; pero esa madurez, ese crecimiento, no se lo da el hombre a sí mismo. Es don de Dios. Lo propio de la criatura es ser hecho por Dios, ser creado por las Manos de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo, a lo largo del tiempo. Aquí radica una clave fundamental de la espiritualidad cristiana. En el corazón de toda existencia cristiana, esto tendría que estar grabado a fuego: Él es el Creador; yo soy una criatura. Lo primero que ha de hacer la criatura es reconocerse en cuanto tal; y reconocerse criatura es dejarse en las Manos del Hacedor para que Él nos vaya creando. Así lo expresa un bellísimo pasaje de san Ireneo:

“No haces tú a Dios, sino que Dios te hace a ti. Puesto que eres obra de Dios, aguarda la mano de tu Creador y Artífice, que todo lo hace en el tiempo oportuno para ti, que eres su criatura amada.

Preséntale, ofrécele tu corazón dócil y maleable, y conserva la imagen con que Él te modeló. Conserva la humedad del Espíritu, no vayas a perder, endurecida, las huellas de sus Dedos. Si desprecias el Arte de sus Manos, si te vuelves ingrata con quien te creó, malograrás su obra y entonces perderás su Arte y su Vida.

Déjate configurar al que te está trabajando. Sus Manos, que crearon tu ser, te ungirán por dentro y por fuera; te embellecerá de tal manera que el propio Rey codiciará tu hermosura.

Crear es propio de la benignidad de Dios, ser creado es lo propio de la naturaleza del hombre. Dios sólo sabe hacer bien, y dejarse hacer es el bien del hombre.

Si te dejas hacer por Dios, si le entregas la fe sostenida en Él y la obediencia, te gozarás en su Arte y serás obra perfecta de Dios. Porque la obra de Dios es el hombre viviente, y la vida del hombre es ver a Dios”.